sin título.

Lo encontraron un día en la Juguetería. Era como cualquier otro juguete, bueno, quizás no. ¿Quién había visto algo como eso? ¡Un caballo azul con flores! ¿Qué demonios era eso?
Verlo ahí con su pata rota, incompleto, daba lástima. Aunque no era difícil imaginar cómo era antes, ya sabes, completo.
"Aquí están las alas", se escuchó de fondo.
¿Alas? No lo había notado, aquella cosa poseía alas. Era majestuoso imaginarlo entero y cuánto se puede divertir un niño con él. Antes, claro, cuando los niños tenían imaginación, hoy... hoy eso no pasa
A lo lejos resonaban las risas de un niño y su chillona voz diciendo: "Mira mamá un Alebrije".
Alebrije. Esa cosa sí tenía nombre. "¿Puedo quedármelo?" continuó el niño.
Nunca supe la respuesta de la madre, pero puedo adivinar que fue un sí, ya que nunca volví a ver eso en la tienda.
Aquella noche dormí muy bien, descubrí que aún existe imaginación en los niños y niñas... o eso quería creer y me hacía muy feliz.

Cuento escrito en Taller de Lenguaje por Nathaly Salinas.

Con sobredosis de azúcar y un poco de i-ma-gi-na-ción.
Taller de Ilustración 1. Tiralíneas, pastel graso y acuarela sobre papel bond de color.